Hace muchos años atrás descubrí una película japonesa llamada Urotsukidoji. Por aquel entonces solo pensé, joder con la película, pero también es cierto que me produjo un estado de excitación terrible, que más tarde os comentaré el por qué.
La película en cuestión nos cuenta la historia de la llegada al mundo, que está compuesto por tres submundos, de un ser que pondrá paz. Los tres submundos el de los humanos, el de los hombres bestia o Jyujinkai, y el de los demonios o Makai.
El problema, como siempre, es que el Chojin es un ser tanto esperado como odiado. Por una parte los Makai quieren destruirlo, y los Jyujinkai quieren su llegada. Entre medias están los humanos, que como no, jugaran un papel muy especial pudiendo desequilibrar la balanza hacia un sitio o hacia otro.
¿Cúal es el nexo, a parte del Chojin, entre todos estos seres incluidos los humanos? El sexo, la violencia, la muerte y la vida. El sexo es salvaje y brutal donde los Makai son capaces de tener sexo usando sus múltiples tentáculos que violan literamente a sus víctimas. Los hombres bestia caracterizados por su alta resistencia y ganas de sexo y finalmente, los «pobres» que somos un excelente recipiente para descargar toda esa violencia y sexualidad.
Existen seis partes en total:
- Urotsukidōji: La leyenda del señor del mal (serie de 3 OVAs 1987-1989)
- Urotsukidōji II: La matriz del demonio (serie de 2 OVAs. 1990-1991)
- Urotsukidōji III: El retorno del Overfield (serie de 4 OVAs. 1992-1993)
- Urotsukidōji IV: Camino infernal (serie de 3 OVAs. 1993-1995)
- Urotsukidōji V: El capítulo final (OVA. 1996)
Debido a la censura, la mala distribución y un largo etcétera lo que más encontraréis por la red será la primera de todas, el resto o las encontraréis en versión original o como mucho en inglés.
Os dejo un vídeo ( no es oficial sino un montaje ) y varias fotos.
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Mi razones y mi fascinaciónLos hombres somos animales que desean poseer a las mujeres. Cuantas más mejor. Es la procreación y que prevalezcan nuestros genes. Esa es nuestra naturaleza como animales, a pesar que la razón, la sociedad y la religión nos hayan encerrado en una jaula invisible llamada ética. Por eso, cuando vemos películas como estás, conectamos con nuestra parte más oculta y peligrosa y eso nos gusta y nos libera.