El calor nos asfixia y tú decides irte. Eliges destino, la playa, la piscina o simplemente una buena ducha o baño con agua fría. Tu cuerpo mojado, tu pelo enredado, tu cara de felicidad. El sonido de las olas de mar o del agua al tirarte y salpicar. Tu cuerpo desnudo, tu excitación en la mirada. No hace falta que sea sexo, tú ya sabes lo que es.