Llega el final del día y solo me apetece meterme en la ducha y dejar caer el agua sobre mi cuerpo desnudo. Sin embargo hoy, como ocasión especial, prefiero la bañera. Meterme en ella con el agua caliente y ciertos jabones aromáticos. Dejarme relajar mientras bebo una copa de vino y cierro los ojos imaginando que estás aquí.
Sí, te imagino sentada, en el borde de la bañera. Introduces la mano en el agua y juegas moviéndola lentamente. Sigo con los ojos cerrados. Quiero que seas tu quien me acaricie, quien haga resbalar el agua sobre mi. Y de paso, que te excites por la tentación que te produce verme desnudo…