Admiro a las mujeres. No ya sexualmente por mi calidad de hombre. No. Las admiro porque son hermosas y sencillas, aunque nosotros mismos las hayamos convertido en maniquís con vida. Admiro a las mujeres, por que más allá de lo que vemos, son muy más humanas que nosotros, mucho más cercanas, maravillosamente ellas. Pero la mujer que más admiro es aquella que, desde su sencillez, es capaz de ser más mujer que muchas otras.

via PB-HASS