Aquella tarde no creí que fuera a ser diferente al resto. Música, baile y mucha gente. Era ya tarde cuando me encontré con una de las chicas que conocía de otras ocasiones. Extendí mi mano y le pedí un último baile. La música un Blues. Lento, erótico, electrizante. Ella se movía, yo me movía. Eramos uno. De repente, sin esperarmelo, alguien me agarró del brazo con firmeza. Era otra chica. ¿Permites? Y luego el dueto, pasó a ser un trio…