Devorar tus jóvenes pechos, lamer mientras cae entre ellos el helado frío en contraste con mi lengua caliente. No dejas resto de vainilla, nata o cualquier otro sabor. Sólo sabor a sexo, sudor y piel. Recrearme en tus endurecidos pezones y apretarlos entre mis labios mientras un pequeño gemido surge de tu boca y con tus manos aprietas mi cabeza más contra tu cuerpo. Disfruta del momento, de mis caricias y de mis besos.